Cuéntame sobre algo que alguna vez hayas querido hacer y no has logrado…

Tengo algo que confesar… alguna vez me propuse hacer más ejercicio y decidido a cumplir con mi propósito, llegué al gimnasio más cercano a mi oficina. Pedí informes a la atractiva señorita que atendía en el mostrador. Pensé que podría ser una de las instructoras, perfectamente. Utilizando sus encantos me convenció de que me ahorrara el costo de dos mensualidades completas si pagaba la membresía anual.

Como estaba «muy convencido» de que esta vez sí lograría mi propósito, además de tener un pequeño incentivo por las excelentes atenciones de su representante, acepté. Hice el pago, fui a cinco sesiones y jamás regresé.

Ufff! Exactamente eso, desistí y perdí mi dinero como millones de personas que en este momento ya pagaron su gimnasio el mes pasado, con el propósito de hacer más ejercicio en el 2018 y, a 50 días de haberlo empezado, lo han tirado.

Soy de esos! Lo confieso. Lo hice alguna vez. Caí.

Muchos de nosotros hemos dejado de hacer algo que deseábamos lograr. Tenemos un sueño u objetivo ahí guardado. Desde que tenía once años me gustaba escribir, pero dejé de compartir mis escritos cuando estuve en preparatoria por una mala experiencia. Había participado en un concurso de escritura con un cuento titulado «La página en blanco». Se trataba de escribir un cuento creativo en una cuartilla. Mi trabajo ganó la selección interna de la escuela, pero un compañero convenció a un maestro de que lo descalificara bajo la excusa de que ese cuento ya lo había publicado yo un año antes. El maestro le creyó y en público me desacreditó. Por supuesto que no era cierta la acusación, pero cuando quedó aclarado el problema, yo ya estaba fuera de la competencia.

Tal vez esto no signifique mucho para ti, pero para un chavo de catorce o quince años, que tímidamente sacaba sus talentos a probar a la superficie, recibir la desaprobación pública y quedar en ridículo me hizo decir: «Ni madre que les vuelvo a compartir mis cosas».

Pero en el fondo quedaba la cosquilla, y de vez en cuando me animaba a escribir y publicar en Facebook algún cuento o reflexión. Pero nada me movía suficiente, lo hacía con extrema cautela, y por lo general lo borraba a los pocos días. Hasta que un desayuné con Arturo, hermano de mi padre (QEPD) y en la conversación me dijo algo que me sorprendió en extremo.

— ¿Por qué no escribes?, me dijo

— No sé, me gusta hacerlo, y de vez en cuando publico algunas cosas

— Son muy buenas, deberías hacerlo más seguido. Tienes talento para ello. Yo me acuerdo de «La página en blanco» era una lectura muy buena.

¡Sentí como si alguien me hubiera lanzado un balde de aguar helada! ¿Cómo sabía él que yo había escrito alguna vez «eso»? y continuó:

— Alguna vez, hace unos veinticinco años, cuando estabas en secundaria o prepa, estaba en casa de tus papás y ví un trabajo tuyo en la mesa de la sala, me puse a leerlo. Era un cuento sobre «Una página en blanco». ¡Qué cosa! Era muy bueno y estabas muy chavo. Deberías retomarlo.

Ese comentario rompió una de mis cadenas internas, al día siguiente abrí este blog. Desde entonces, todos los martes aquí he estado escribiendo sin interrupción.

Todos tenemos un sueño sin realizar. Algunos no se animan a empezar, otros no perseveran, otros no consiguen terminar lo que empezaron. Pero todos tenemos algo.

Este blog lo comencé porque sí. Me ha servido como terapia, como un diván público donde comparto «mis piensos» (como dijo el ranchero). Donde expongo lo que me ha ayudado en lo personal y profesional, esperando que sea de ayuda para ti. Pero quiero hacer algo diferente.

Hasta el momento he estado escribiendo lo que se me ocurre (incluyendo esta publicación). Quiero ahora escuchar de ti. Solo he hablado yo, pero no sé que tienes qué contarme. ¿Qué sueño tienes pendiente? ¿Qué has dejado a medias o ni siquiera has empezado y que pueda ser yo un apoyo más para ti?

Quiero pedirte un favor. Cuéntame qué es lo que has dejado sin hacer que alguna vez quisiste y que, si lo hicieras, cambiaría tu manera de vivir para bien. Tómate un momento para contestar dejarme un comentario en la liga siguiente: https://goo.gl/forms/7bd6lUaJXbV2lYmp1 Te llevará a Google Forms.

¿Qué haré con lo que me cuentes? Primero, te prometo dejarlo en privado, jamás contaré nada de lo que ahí me digas. Al final, podré saber qué tipo de escritos pudieran ayudarte y poder dirigir mejor el contenido de este blog. Estaré inmensamente agradecido.

Por favor haz clic en el siguiente enlace https://goo.gl/forms/7bd6lUaJXbV2lYmp1 y déjame tu opinión o, si lo prefieres, déjame un escrito en la sección de comentarios aquí abajo.

Bonita semana,

 

Alex Pérez

About the author

Me gusta el aprendizaje, el crecimiento, contribuir al mundo; amo a mis hijos; explico cosas; comparto mis pensamientos; escucho a los demás; practico la filosofía y el coaching; doy conferencias, talleres y clases a quien se deje; me gusta dejar un pedacito de mí en la vida de las personas.
2 Responses
  1. Fabricio fdz Bontempo

    Muy padre tu blog, Alex (conste que no es para que me pongas 10 de calificación… jejeje)
    Saludos

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