Este ejercicio pudiera mejorar la carrera de Justin Bieber

No sé si él estaba cansado, desvelado o tenía influenza, pero Justin Bieber estaba más aburrido en su propio concierto que un niño en una tienda de vestidos sin juguete o iPad. Fue hace un año, ya. Tuve la oportunidad de llevar a mis hijos cerca del escenario. Una producción espectacular, los bailarines y músicos ni se diga. Las niñas del público estaban más que emocionadas, gritaban como locas y pensé que en cualquier momento los socorristas tendrían que entrar por alguna de ellas, como en los tiempos de los Beatles. Pero el chavo realmente parecía un mustio. Me pregunté si acaso él mismo estaba disfrutando su presentación o no. Cualquiera de los más de veinte mil fans daría cualquier cosa por tener su trabajo y, sobre todo, su salario y no se veía contento.

No se trata de una apología de la vida frugal, sino de buscar aquello que realmente nos llena y dejar de hacer todo lo que no nos lleva a nuestro destino. Cuando una persona sabe lo que quiere y a dónde va, cuando tiene claro su propósito hace y soporta lo que sea para conseguirlo.

Saber nuestro propósito lo cambia todo

Antes de la invasión de los alemanes, en Viena vivía un joven psicólogo con una teoría sobre el sentido de la vida. Pensaba que todos los seres humanos tenemos un destino, un propósito que cumplir y que era tarea fundamental de la persona encontrarlo y después consagrar su vida a ello. Tenía ya el esquema de su libro, donde publicaría su teoría y la llevaría a los confines del mundo en todos los foros académicos y profesionales. Tenía en su poder una visa para viajar a Estados Unidos y evadir la ofensiva nazi. Pero no lo hizo. Decidió quedarse a acompañar a su padre y enfrentó el suplicio de los campos de concentración.

Viktor Frankl narra su historia en el libro El Hombre en Busca de Sentido. Uno de los libros que toda persona debería leer alguna vez en su vida. Cuando tenemos claro el destino a donde vamos, podemos darle sentido a todo lo que vivimos. Él pudo superar todos los tormentos durante su estancia en cautiverio y al final sobrevivió no solo para contar al mundo su teoría sino para demostrar en carne propia – y en la de sus compañeros – que daba resultados. Así nació la Logoterapia.

Como ya te he contado, durante los primeros meses después de mi divorcio, la Logoterapia y la Psicología Positiva fueron dos muletas que me mantuvieron de pie y en la dirección correcta. Tal vez no he corrido a la velocidad que quería pero sí pudieron servir de soporte para atravesar una dificultad que me ha costado y sobre todo sentirme más pleno y feliz a pesar de todo.

Sigo sin considerarme experto. Solo soy un reportero que cuenta lo que ha ido descubriendo en sus expediciones.

El ejercicio

En su libro La Ciencia de la Felicidad, Sonja Lyubomirsky presenta un ejercicio llamado «Mi mejor yo futuro». Se ha demostrado que este ejercicio proporciona un mayor grado de energía y esperanza a las personas que lo han hecho, según estudios. Hay una variación que he visto propuesta por Pat Flynn, de www.smartpassiveincome.com Le llama el Ejercicio del Aeropuerto. Te invito a realizarlo.

Paso 1

Como preparación para el ejercicio necesitarás una hoja en blanco doblada en cuatro partes iguales.

Paso 2

Después piensa en cuáles son las cuatro áreas más importantes de tu vida. Cuando hice el ejercicio elegí Familia y relaciones, Profesional, Finanzas y Salud. Tú puedes utilizar estas áreas o seleccionar las que gustes, como viajar, hobbies, separar relaciones personales de familia, etc. Escribe el título en cada uno de los cuadrantes.

Paso 3

Ahora, viajemos al futuro con la imaginación y vayamos cinco años adelante. Imagina que estás en un aeropuerto, y te has encontrado a un viejo amigo a quien tienes tiempo de no ver. Lo saludas y te invita un café. Revisas la hora de tu vuelo y ves que tienes algunos minutos así que lo aceptas.

Imagina que te sientas con tu amigo y comienzas a conversar. Tu vida ha sido de maravilla. Imagina cómo tu amigo te pregunta: ¿Cómo ha sido tu vida en cada una de éstas áreas? Una a la vez. ¿Cómo ha estado tu familia? ¿Cómo te ha ido profesionalmente? ¿Qué tal tus finanzas? ¿Qué tal tu salud?

Mientras imaginas la respuesta que le darías, ve escribiendo lo que vas contestando en el cuadrante correspondiente hasta llenarlo completamente.

Aquí te muestro cómo se ve el mío… (¡eh! ¿pensabas que te dejaría leerlo? jejeje) Este ejercicio es personal y no tienes por qué compartirlo con nadie si no te sientes a gusto.

Paso 4

Cuando hayas terminado de escribir en las cuatro áreas, vuelve a leerlo e imagina de nuevo la conversación con tu amigo. Añade o borra todo aquello que consideres conveniente.

Recuerda que estamos escribiendo en un papel y no en piedra. Así que esto no tiene por qué ser definitivo ni tiene por qué estar perfecto.

Paso 5

Ponte a pensar el grado de satisfacción que te traería la vida que estás contando. Piensa un momento. Tal vez hayas puesto metas como «Gano un millón de dólares al mes» o «Tengo una mansión en los Hampton». Entre lo que yo escribí está voy de paseo en bicicleta con mis hijos cada domingo. Dedico una hora de mi tiempo cada día para escribir. ¿Son situaciones que te traerán felicidad y sentido o solo lujos convencionales?

Toma ahora el cambio que deseas hacer en tu vida (aquél que me has contado en la encuesta en las semanas pasadas; lo que siempre has querido hacer y no has hecho) e imagina nuevamente que estás en el futuro, a cinco años de hoy. ¿Cómo se ve este cambio para tu yo futuro? ¿Encaja con la visión que has propuesto? ¿Es fundamental dentro de la visión que pusiste?

Si es así, entonces es hora de poner manos a la obra. Si no lo es, tal vez debas decirle adiós a ese deseo porque es una ilusión.

¿Para qué sirve este ejercicio?

¿Es un ejercicio de metas? No. Al menos no de forma directa, es un ejercicio de estrategia. Uno de los elementos de la estrategia que no consideramos es que ésta no sólo sirve para dictar lo que se debe hacer sino también lo que no se debe hacer.

Utiliza esta imagen que te has creado para eliminar de tus actividades todas aquellas cosas que no te lleven a esta visión que has creado, o que te distraigan o desvíen. Este ejercicio sirve para clarificar tus valores, lo que consideras importante. De ahora en adelante no hagas nada que no consideres importante.

Alguien dirá, «¡Pero tengo que trabajar!»

— ¿Lo consideras importante?

— Pues sí!

— Entonces hazlo. Si no lo consideras importante, no lo hagas. Punto

 

¿Qué resultados has obtenido de este ejercicio? Cuéntame en los comentarios aquí abajo, me encantaría saber cómo te ha resultado.

Que tengas bonita semana.

 

About the author

Me gusta el aprendizaje, el crecimiento, contribuir al mundo; amo a mis hijos; explico cosas; comparto mis pensamientos; escucho a los demás; practico la filosofía y el coaching; doy conferencias, talleres y clases a quien se deje; me gusta dejar un pedacito de mí en la vida de las personas.
1 Response
  1. Gracias por compartir, Alex!!! Si vas de paseo cada domingo en bicicleta con tu hijo… te invito a la rodada de Pueblo Bicicletero, totalmente familiar. Cita 6pm en la Explanada de Colegio Civil. 😉

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