Mientras espero, vine a tomar un café

Miro las caras de las personas a mi alrededor, en este café matutino. Por la ventana los carros pasan aprisa en la avenida, se escuchan algunos histéricos pitando al de enfrente. Una mujer recoge las hojas del estacionamiento con su escoba y las coloca en una bolsa desechable.

«Adrián» – grita la barista – «Late machiato con leche deslactosada»…

compartimos la mesa, bebemos el mismo cafe, pero todos a su medida y… cada quien en su mundo. Me incluyo, porque estoy metido en estas líneas. No se dan cuenta cuando los observo.

Bueno, ese señor del traje de la esquina que mira su celular atentamente y en privado voltea sospechoso hacia un lado y otro.

Algunos desesperan porque no les entregan el café a tiempo. Hasta que al final, cuando la barista dice su nombre se apresuran a la barra a recoger su bebida y regresan a su sitio, o salen de nuevo para irse a trabajar.

La vida pasa aprisa alrededor de los que estamos aquí, casi ni nos damos cuenta.

y qué vine a hacer? esperar…

pero no sé hacerlo. Y, en serio, no soy muy bueno en esto. De entrada me estoy tomando una bebida que acelera el pulso cardiaco y me pone más nervioso mientras se acerca la hora de mi cita.

Que hago mientras espero, me bebo un café.

Un letrero en la barra dice: «Nuestra promesa: queremos que ames tu bebida, siempre la tenemos como a ti te gusta».

¿En serio?

¿Puedo llegar a amar mi bebida? WOW!

y otra pregunta, si la amo porque es como a mí me gusta, entonces, cómo puede ser amor?

Amar no es un sentimiento, es una decisión. Nadie puede tomarla por ti. No puedes obligar a alguien que te ame. Cuando alguien es como a ti te gusta el sentimiento que experimentas es enamoramiento, agrado, atracción.

No podemos amar a una persona como a un café. Nadie te va a preparar un esposo, esposa, novio, novia, hijo o hija a tu gusto. No te prepararan una persona Latte descafeinado con leche deslactosada y crema batida con doble shot te expresso y le pondrán tu nombre en el costado. No van a decir «Alejandro» aquí esta la persona que te gusta, te prometemos que será como a ti te gusta y te prometemos que la amarás por eso.

Por lo general, las personas no son como a nosotros nos gustan, pero eso es el amor. De eso se trata. No tienen tu nombre, tienen el de ellas. No esta padre, ¿verdad?

Yo también quiero que ames a los tuyos, pero puedo prometerte que jamás la harán como a ti te gusta. Pero, podrás ser feliz. Dios nos ama.

About the author

Me gusta el aprendizaje, el crecimiento, contribuir al mundo; amo a mis hijos; explico cosas; comparto mis pensamientos; escucho a los demás; practico la filosofía y el coaching; doy conferencias, talleres y clases a quien se deje; me gusta dejar un pedacito de mí en la vida de las personas.

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