Spencer Johnson nos regala un simpático cuento sobre el cambio y cómo lo enfrentamos cada quien. El mundo está cambiando continuamente y el queso (aquello que nos hace felices) se mueve. Las lecciones que nos comparte nos permiten adaptarnos a estos cambios.
Es un libro sencillo de leer. Lo recomiendo para jóvenes y adultos experimentando cambios en su vida. Toda persona que teme salir de su zona de comfort para experimentar cosas nuevas. Aquellos que comienzan una nueva carrera o quienes han sufrido una pérdida.
El libro cuenta la historia de 4 personajes. Dos son ratones llamados Sniff y Scurry. Dos son humanos del tamaño de ratones llamados Hem y Haw. Viven en un laberinto y constantemente tienen que encontrar el queso como alimento para sobrevivir.
Los ratones tienen una estrategia simple. Ellos prueban cada camino hasta que encuentran uno con queso.
Los humanos piensan, son más sofisticados, pero descubrirán más tarde que les está fallando (como implica el título).
Un día, todos encuentran una gran cantidad de queso en un lugar que parece ser suficiente para toda la vida. Terminan pasando mucho tiempo aquí.
Los humanos se tranquilizan y lentamente se vuelven arrogantes. Muestran su queso y presumen de ello. Lo dan por hecho. Se quedan atrapados en sus viejas costumbres.
Los ratones están siempre atentos. Están listos para seguir adelante si el queso desaparece. Siempre están revisando para ver si el suministro está bajando.1
Un día, el queso se acaba. Los ratones previeron esto y siguen adelante para descubrir más queso.
Los humanos no previeron esto. Su arrogancia los cegó a la oferta que menguaba lentamente. Pero no abandonarán el área en busca de más. Tienen miedo de lo que hay en el laberinto. Se han acostumbrado a sus viejos hábitos. Han comenzado a creer que tenían derecho al queso.
Ellos gritan con enojo, «¿QUIÉN MOVIÓ MI QUESO?»
Hem y Haw deciden quedarse porque esperan que el queso aparezca allí una vez más. Se amargan y culpan a todo menos a ellos mismos. Se quejan de que trabajaron duro para encontrar el queso y merecen más.
Después de un largo tiempo, su situación no ha cambiado; no ha aparecido un nuevo queso Se culpan el uno al otro por sus problemas. Comienzan a usar herramientas sofisticadas para cavar detrás de las paredes porque creen que el queso podría estar detrás.
Eventualmente, Él se pone listo y decide explorar el laberinto para obtener más queso. Intenta convencer a su compañero para que vaya con él, pero no lo hará.
Encuentra pequeños trozos de un nuevo tipo de queso en el laberinto, que trae de vuelta a Haw. Haw se niega a comerlo porque solo quiere el tipo de queso viejo. Se ha acostumbrado a lo que está acostumbrado.
Hem sigue explorando, ya que estas pequeñas partes no son suficientes para sostenerlo.
A medida que viaja a nuevas áreas del laberinto, supera sus miedos y aprende muchas lecciones de vida. Él escribe algunas lecciones en la pared de vez en cuando para animarse a seguir adelante y para Haw si alguna vez decide seguirlo.
Finalmente encuentra un nuevo lugar en el fondo del laberinto que tiene una tonelada de queso, incluyendo todo tipo de tipos nuevos. Se encuentra de nuevo con Sniff y Scurry, que llegaron mucho antes que él.
Escribe todas las lecciones que escribió antes en una gran pared:
Ahora explora regularmente nuevas partes del laberinto y supervisa el suministro de queso para que no vuelva a ocurrir lo mismo. Él decide que es mejor dejar que Haw encuentre su propio camino hacia él; se da cuenta de que Haw tiene que cambiar por su cuenta.