Hay un fantasma en la casa y hoy pude mirarlo a los ojos. Tuve el valor de enfrentarlo y en me medio de la noche, encontrar que no tiene poder sobre mí.
Me amenazó con su presencia desde días anteriores y sabía que esta noche llegaría. Me amenazó con pensamientos de tortura y soledades… le temí.
Le temí hasta los huesos, pero sigo aquí. No tiene poder. Nada puede hacerme. Nada pasa.
Se atravesó en mí camino, me salió al encuentro y me estorbaba por la calle. Lo desprecié primero y luego lo ignoré.
Aunque quisiera reclamarle lo que ha robado, me sacudo y lo suelto, lo regalo, me da igual.
La noche fue la arena donde lo vencí, solo por hoy… solo por hoy… pero duermo desafiándolo.
De frente puedo decirle, ya no te temo.