Comunicación y Manejo de Sentimientos. Escuchar y hablar.

Ontología del lenguaje

El Ser humano es principalmente un ser lingüístico.

3 Postulados básicos:

  1. El ser humano es intrínsecamente lingüístico.
  2. El lenguaje es generativo.
  3. Los seres humanos se crean en el lenguaje y a través de él  : conversaciones

Existen 3 componentes básicos  del lenguaje: el habla, la escucha y el silencio.

Las conversaciones integran 3 componentes fundamentales:

  1. El lenguaje
  2. La corporalidad
  3. La emotividad

A partir de lo que escuchamos, lo que callamos o lo que decimos nuestra realidad futura se moldea hacia un sentido específico, lo único que puede transformarla es la voluntad de decir , de callar o de escuchar diferente.

Escuchamos con todos los sentidos

Lo que escuchamos incide en nuestra interpretación que también tiene un elemento del pasado, una tradición de sentido de nuestra historia personal, la historia de la comunidad a la que pertenecemos y los prejuicios y estereotipos que nos hemos formado.

La escucha opera en el tiempo: conforme pasa el tiempo tenemos la capacidad de ajustar nuestra escucha

Somos responsables de nuestra propia escucha cuando escuchamos, como de nuestras verbalizaciones cuando asumimos el rol de orador.

Principios para la escucha activa

La escucha activa es una manera de escuchar para hacer que sus hijos hablen con ustedes.

Hay una serie de principios necesarios saber para comprender la Escucha Activa, entre ellos:

Lo emocional frente a lo racional

Hay tres aspectos psicológicos en el ser humano:

  • Nuestra parte RACIONAL: conjunto de ideas, pensamientos, creencias, conocimientos, etc.
  • Nuestra parte EMOCIONAL: conjunto de sensaciones, sentimientos y emociones.
  • Nuestra parte CORPORAL: nuestro cuerpo, postura, conductas, sensaciones físicas.

Por la EA “escuchamos” al cuerpo, atendiendo a la parte emocional del mensaje, posteriormente lo escuchado se racionaliza. La Escucha Activa atiende a la parte emocional del que habla.

Podemos DEFINIR la Escucha Activa como la forma de escuchar en la que el receptor (el que escucha) trata de entender lo que siente el transmisor (el que habla), o lo que significa el mensaje. Posteriormente expresa con palabras lo que comprendió y lo transmite para que el transmisor lo verifique. El receptor no manda un mensaje propio, como sería el caso de una evaluación, opinión, consejo, reproche, análisis, etc., sino que transmite lo que piensa que significa el mensaje del otro.

b) La forma y las actitudes de la Escucha Activa

Resumimos algunos aspectos de la forma y las actitudes que hay que tener para escuchar activamente al otro:

La forma activa de escuchar:

• Ayuda a que los niños tengan menos miedo de sus sentimientos negativos.

• Promueve una relación cálida entre padres e hijos.

• Facilita que el niño resuelva sus problemas.

• Influye para que el niño sienta más deseo de escuchar las ideas y pensamientos de sus

padres.

• Hace que “el niño sea el que habla”.

Actitudes necesarias para utilizar la Escucha Activa

Para llevar a cabo la escucha activa deben estar presentes ciertas actitudes básicas. Sin ellas, usted no será un buen escucha.

• Debe desear escuchar lo que el niño tiene que decir.

• Debe desear ser de ayuda para él para resolver ese problema en particular.

• Debe poder aceptar sus sentimientos.

• Debe tener una profunda confianza en la capacidad del niño para manejar sus sentimientos, para trabajar en ellos y para encontrar soluciones a sus problemas.

• Debe estar consciente de que los sentimientos son transitorios.

• Debe poder ver al niño como alguien aparte de usted.

• Debe tener una gran capacidad de paciencia.

c) La aceptación

Para poder realizar una escucha activa es necesario tener una buena capacidad de aceptación del otro.

Todos los padres tienen dos diferentes clases de sentimientos hacia sus hijos: aceptación y no aceptación. Esto lo podemos reflejar en la “ventana de la aceptación”:

El grado de aceptación que muestra un padre hacia su hijo está influido por:

– Las características del padre (“aceptante”/“rechazante”).

– Las características del niño.

– El estado de ánimo de los padres en un momento dado y la situación en la que se encuentran.

Aceptación falsa

Se da cuando algunos padres fingen aceptar parte de la conducta de sus hijos. Gráficamente sería:

Es mejor no tratar de ensanchar su área de aceptación más allá de lo que sus verdaderas actitudes alcanzan. Mejor que fingir, es darse cuenta de cuándo no está uno en actitud de aceptación y expresarlo.

El lenguaje de la aceptación y su comunicación

La aceptación es algo que surge de adentro, pero para que influya en la otra persona debe comunicarse o demostrarse activamente. De este modo, el padre eficaz debe aprender a comunicar esta aceptación y adquirir la misma habilidad para comunicarse. Debe aprender a hablar en forma “constructiva”.

La aceptación la podemos comunicar por medio de formas verbales y no verbales:

a) Formas no verbales.

La aceptación la podemos comunicar por

medio de dos formas no verbales, siendo éstas: 

– La no intervención.

– El silencio.

b) Formas verbales.

A la hora de expresar la aceptación verbalmente podemos utilizar respuestas negativas o positivas sobre la relación padres-hijo, siendo:

Respuestas negativas

1. Orden, dirección, mandato.

2. Advertencia, amonestación, amenaza.

3. Exhortación, sermón, lección.

4. Aconsejar, proporcionar soluciones o sugerencias.

5. Conferencias, enseñar, dar argumentos lógicos.

6. Juzgar, criticar, culpar, estar en desacuerdo.

7. Poner apodos, ridiculizar, avergonzar.

8. Interpretar, analizar, diagnosticar.

9. Apartar, distraer, humorizar, entretener.

Respuestas positivas

Los “abre puertas de la comunicación”.

Son una potente técnica para facilitar que sus hijos hablen. Los abre puertas de la comunicación son formas sencillas de expresión para invitar al otro a hablar. Algunos ejemplos podrían ser:

“Ya veo cómo te sientes” “Mm hmmm”

“¡Sí!” “Sigue…”

“¡Qué interesante!”

“¿Te gustaría hablar sobre ello?”.

“Prosigue, cuéntame más”.

“Parece que eso es muy importante para ti”

“¿De verdad?” “¿En serio?”.

“¡No me digas!”.

“¿Lo hiciste?, ¡que bien!”.

“¿Eso te paso?, cuentame”.

“Me gustaría escucharte”.

“Me gustaría conocer tu punto de vista”. 

“Discutámoslo, ¿te parece?”.

Los “abre puertas” invitan al niño a compartir sus propias ideas, juicios y sentimientos con los padres. Estos “abre puertas” para hablar facilitan la comunicación por cuanto:

  • estimula la comunicación,
  • mantiene la comunicación,
  • no produce desviación en el mensaje y el tema.

Produce el efecto contrario que los consejos, las críticas, las culpabilizaciones y los comentarios descalificadores.

Cuando se rechazan los sentimientos del otro (por críticas, descalificaciones etc.) produce efectos destructivos para su personalidad así como para las relaciones, por cuanto que el rechazado:

  • Hace que se calle.
  • Se pone a la defensiva, se resiste a hablar. – Le hace discutir, contraatacar.
  • Le hace sentirse inadecuado, inferior.
  • Le hace sentirse enojado, resentido.
  • Le hace sentirse culpable, frustrado.
  • Le hace sentirse incomprendido.
  • Hace que disminuya su autoestima.

d) Padres aceptantes, Padres rechazantes

Tomando como elemento comprensivo el cuadrado de la aceptación podemos dibujar el cuadrado del padre aceptante y el del padre rechazante.

Características del aceptador: Características del rechazante:

– Seguridad interior. – Rigidez interior.

– Alta tolerancia. – Poco receptivo.

– Contento de sí mismo. – Muy exigente con los demás.

– Independiente del entorno. – Dependiente del entorno.

La aceptación está en función de las características de los padres y de las características del hijo/a; es decir, si el niño/a es:

– Hiperactivo/a o tranquilo/a

– Agresivo o pacífico/a

– Atractivo o no atractivo

– Abierto o cerrado

– Sano o enfermo

Son normales las pequeñas diferencias de aceptación entre los padres, porque también los padres son diferentes entre sí.

La aceptación produce:

– desarrollo y crecimiento personal: seguri-

dad, confianza, deseo de superarse,

– cambios constructivos,

– aprendizaje de resolución de problemas,

– apertura, sinceridad, confianza,

– desarrollo de la autoestima.

e) Aclaración al tema “frente unido de los padres”

En la relación con los hijos los padres pueden mostrar algunas diferencias en la aceptación.

Sin embargo, deben mostrar criterios unificados en lo que se refiere a:

Los comportamientos deben mostrarse unidos, con criterios unificados respecto a la conducta de los hijos.

f) La propiedad del problema

Cuando hay un problema en la relación padres-hijo tienen lugar tres situaciones:

1. El niño posee el problema. El niño tiene un problema porque algo le impide satisfacer una necesidad. No es un problema de los padres, pues el comportamiento del niño no interfiere en sus propias necesidades. Aquí es cuando es adecuada y necesaria la forma activa de escuchar de los padres, cuando el niño posee el problema.

2. No existe ningún problema en la relación. El niño satisface sus propias necesidades y su comportamiento no interfiere con las necesidades de su padre.

3. El padre posee el problema. El niño satisface sus propias necesidades pero el comportamiento es un problema para el padre, ya que interfiere en la satisfacción de alguna necesidad de éste.

Para enfrentarse al comportamiento inadecuado de los niños se pueden utilizar:

a) Formas ineficaces:

– “Mensajes solución”. Frecuentemente los padres no esperan a que el niño inicie un comportamiento determinado, sino que, incluso adelantándose, le dicen lo que debería, podría o tendría que hacer.

– “Mensajes humillantes”. Son aquellos mensajes que comunican vergüenza, juicio, ridículo, crítica o culpabilidad.

b) Formas eficaces:

– “Mensajes yo”. Cuando los padres dicen cómo se sienten a causa de algún comportamiento inaceptable del hijo, el mensaje se convierte en un mensaje “yo”. (Por ejemplo: “me siento mal cada vez que gritas de esa manera”). Los mensajes “yo”:

• Tienen muchas menos posibilidades de provocar resistencia y rebeldía.

• Ayudan a que el niño madure, a que aprenda a asumir la responsabilidad de su propio comportamiento.

• Son sinceros, se refieren a uno mismo, y tienden a influir en el niño para que transmita mensajes igualmente sinceros cada vez que sienta algo.

c) Las luchas de poderes padre-hijo

Cuando surgen conflictos entre padres e hijos, la mayoría de los primeros trata de resolverlos en su favor a fin de que el padre gane y el hijo pierda (Método I).

Otros, en menor cantidad, hacen que sus hijos ganen constantemente por miedo al conflicto o la frustración de sus necesidades. En estas familias el chico gana y el padre pierde (Método II).

Tanto el Método I como el Método II son métodos de abordar conflictos ineficaces. Existe un tercer método: el método nadie pierde.

EL MÉTODO “NADIE PIERDE” PARA RESOLVER CONFLICTOS

Con el método “Nadie Pierde” (Método III) los conflictos se resuelven sin que una de las dos partes salga ganando y la otra perdiendo.

Es un método que implica buscar soluciones a través del diálogo y la negociación. Con este método padres e hijos ganan, ya que la solución debe ser aceptada por las dos partes.

El método “Nadie Pierde” es eficaz porque:

  • El niño es motivado a colaborar en encontrar la solución.
  • No se basa en el poder y la imposición de los padres, sino en el diálogo y la negociación. 
  • Existen más posibilidades de encontrar soluciones adecuadas si se hace conjuntamente. 
  • Desarrolla la capacidad de pensamiento de los niños.
  • Conlleva menos hostilidad la solución puesto que se hace desde la aceptación.
  • Produce más respeto y amor.
  • Elimina la necesidad de usar el poder autoritario.
  • Lleva al fondo de los problemas verdaderos.
  • Trata a los niños como si fueran adultos.

A la hora de poner a funcionar el método “Nadie Pierde” hemos de tener en cuenta que está compuesto por seis etapas independientes, siendo:

Etapa 1: Identificación y definición del conflicto.

Etapa 2: Generación de las alternativas posibles para la solución. 

Etapa 3: Evaluación de las alternativas.

Etapa 4: Decidir qué solución es la mejor.

Etapa 5: Creación de las formas de cumplimiento de la solución. 

Etapa 6: Continuar para saber cómo funcionó la evaluación.

Si ustedes siguen estos pasos tendrán más posibilidades de tener éxito. Aun cuando algunos de los conflictos “de poca importancia” de solución rápida y sin tener que pasar a través de todo el proceso, para aquellos de más complejidad o problemática lo abordarán mejor aplicando este método.

Fuentes:

*Padres eficaz y técnicamente preparados (PET). Thomas Gordon. Ed. Diana. Mexico, 1982.

Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen. Adele Faber y Elaine Mazlish. Ed. Medici. Barcelona 2002.

About the author

Me gusta el aprendizaje, el crecimiento, contribuir al mundo; amo a mis hijos; explico cosas; comparto mis pensamientos; escucho a los demás; practico la filosofía y el coaching; doy conferencias, talleres y clases a quien se deje; me gusta dejar un pedacito de mí en la vida de las personas.