Me siento sorprendido. Tengo que admitir que tener un título de maestría no te vuelve “experto”. En agosto del 2000, se impartía la primera clase de la Especialidad en Desarrollo Cognitivo en la Maestría en Educación. Era una propuesta de avanzada. Organizada en módulos maratónicos, de dos semanas al mes, 16 horas por semana, empezamos la clase 14 alumnos, entre los que habíamos solo dos hombres y doce mujeres.
El primer tema, impartido por una de las mejores maestras que he tenido y a quien tengo el honor de seguir viendo, ahora como colegas en la Ibero, fue precisamente el concepto de Aprendizaje Significativo de Ausubel.
Como saben, estoy estudiando ahora la Maestría en Desarrollo Humano. El desarrollo de la persona, también es aprendizaje. Entre la basta cantidad de contenidos por leer y tareas por entregar, el tema de esta semana fue precisamente el proceso de aprendizaje de Kolb y el aprendizaje significativo, ésta vez complementando los conceptos de Ausubel con las propuestas de Carl Rogers.
Pudiera decir, que desde la perspectiva educativa, este concepto (Aprendizaje Significativo) fue “La primera piedra” de mi trabajo dentro de la formación de adultos. Cada clase, cada conferencia, cada intervensión que he hecho desde esa clase, la he construido sobre esta idea. ¡Y cómo vuelve a salir hoy y presentarse ante mí como algo completamente nuevo!
No porque el “aprendizaje” sea algo nuevo, ni porque la teoría haya evolucionado, sino porque precisamente el que está siendo nuevo soy yo. Compruebo que cambio y que puedo volver a los básicos con estos nuevos ojos y descubrir cosas nuevas. Sobre todo hacer nuevas conexiones que vuelven a su vez más significativo el aprendizaje.
Además de las lecturas, la tarea incluía el ver un par de películas, relacionadas con el tema. Entre ellas estaba Escritores de libertad con Hilary Swank y Patrick Dempsey, que trata sobre una maestra de inglés que transforma la vida de sus alumnos problemáticos de preparatoria.
Escritores de Libertad está basada en una historia real. Sucedida en 1994. Mientras la maestra Erin Gruwell impartía clases en Woodrow Wilson Classical Highscool, yo tomaba la misma clase de ingles, en un salón lleno de afroamericanos, asiáticos, latinos y un solo anglo-sajón a 643 millas de distancia, en 33rd Ave. de Oakland, Ca. Razón de más para que mi cabeza explotara con tantas conexiones. ¡Pudo haber sido mi profesora! ¡Cómo me hubiera gustado que lo fuera!
En mi labor de capacitación y coaching ha prevalicido un segundo componente central. Una obsesión por el autoconocimiento. En todos mis programas de capacitación y con todos mis clientes individuales, intuitivamente he incluido alguna herramienta de auto-medición, ya se trate de un test de personalidad, estilos de comunicación, medición de nivel de asertividad, capacidad de resiliencia, estilos de manejo de conflictos, etc. Y pocas cosas disfruto más que ver cambiar el rostro de los participantes cuando se ve “retratados” en el papel. Como una fotografía, el test solo muestra un aspecto de nosotros, en un momento determinado. A veces salimos bien, a veces salimos mal, cuando somos retratados; en ocasiones alguien nos ha mostrado una fotografía nuestra donde sentimos que parecemos alguien más, que no somos nosotros. Lo mismo sucede cuando los participantes y coachees se encuentran con sus gráficas y aprenden a interpretarlas. Y estoy cayendo en la conclusión de que se trata de un aprendizaje “auto-significativo” y tiene más fuerza todavía.
¿Por qué el aprendizaje auto-significativo? Cuando aprendemos sobre nosotros mismos, entonces no se conecta el aprendizaje con lo que sabemos sino con lo que somos. Con lo que sabemos sin saberlo. Es decir, no sabía que yo era así… No me había dado cuenta de que me comunico de esta forma, es cierto! Soy Asertivo y soy expresivo en mis conversaciones. Entonces aprender sobre las características de mi estilo de personalidad se me quedan más fuertemente. Además, como se basan en la experiencia concreta, en lo que YO vivo, no solo en un momento, sino en un continuum, es lo que vivo todos los días. La raíz de mis complicaciones en las relaciones con los demás, en mi trabajo, en mis hábitos. Por eso el autoconocimiento adquiere una mayor relevancia cuando es iluminado por las teorías de la personalidad, por ejemplo. Sobre todo, cuando la información que le damos al participante le dan piezas clave para superar sus problemas.
“Lo más importante en la educación es lo que el alumno sabe” dice Ausebel. Yo ya sabía eso…. Pero no había hecho las conexiones que estoy haciendo en este momento. Por esto vuelve a ser significativo hoy para mí hoy. Lo que sabía por accidente hoy lo puedo volver intencional.
Qué cosa tan maravillosa es el ser humano y no hay nada más grande que su capacidad de desarrollo. No hay otra cosa que disfrute más y le doy gracias a Dios por permitirme ser parte de este milagro en la vida de mis clientes. Definitivamente, me encanta este trabajo y aunque cada día me doy cuenta de que sé muy poquito al respecto.
Bonito fin de semana.