“Saber no es suficiente; debemos aplicar La voluntad no es suficiente; Debemos hacerlo. ”
Johann Wolfgang von Goethe
«No esperes. El tiempo nunca será el justo «.
Napoleon Hill
¿Qué hace que los sueños se hagan realidad?
Estoy convencido que lo más importante, y que a menudo se deja de lado es simplemente actuar.
Confieso que durante años cojeaba de esa pata. Solía quedarme atascado, dando vueltas, pensando, soñando. Hablando de lo que alguna vez haría, pero sin “hacer”.
Paralizado al darle vueltas a las cosas, me quedaba paralizado, en mi proceso de sobre-pensamiento. Me atrapaban la duda, la postergación y el pesimismo.
Sin embargo, las cosas han cambiado mucho desde entonces. He agregado nuevos hábitos que me ayudan no sólo a actuar, sino a mantenerme en movimiento.
Hoy quiero compartirte algunas propuestas de manera que te ayude a hacer lo mismo… quizá mejor que yo.
1. Inicia bien tu día haciendo primero lo más importante
¡NO ABRAS TU BANDEJA DE ENTRADA AL LLEGAR! No dejes que otra persona decida por ti lo que debes hacer primero. Si leíste mi libro Hazlo. Recordarás que hablo de la Regla del 3, de J.D. Meier. Para un máximo enfoque y productividad.
Si tienes claro cuales son tus 3 grandes para el día, empieza dedicando tu esfuerzo al primero de ellos. Eso creará el Momentum para continuar con el resto del día.
Cuando se realiza esa primera y más importante tarea, puedes dejar de preocuparte por ella. Podrás seguir con tu día y tendrás la satisfacción de que el día habrá valido la pena.
También notarás que tu resistencia interna se reduce el resto del día, como la rueda de piedra, que al principio sufres para girarla, pero una vez en movimiento se vuelve más sencillo.
2. Hazte responsable de tus acciones y deslígate del resultado.
En la sabiduría hindú hay un dicho del Bhagavad Gita que dice: “solo tienes derecho a la acción y nunca en absoluto a sus frutos; que los frutos de la acción no sean nunca tu motivo; ni dejes en ti ningún apego a la innacción”
El miedo a fallar es crónico en nuestra sociedad que penaliza a los que se equivocan, esto hace que nos frenemos cuando no podemos garantizar el éxito de nuestras acciones. Pero la mayor parte del tiempo es IMPOSIBLE saber lo que sucederá.
Deslígate del resultado, tú haz lo que te toca y simplemente aprende.
Al ser un perfeccionista anónimo en recuperación, te diré que con regularidad me detengo pensando cómo serán recibidas mis palabras, si a la gente le gustará o no el escrito de hoy. ¡Qué importa!
A mí me toca hacer, punto.
Básicamente hago lo que creo que es correcto, esa es mi responsabilidad. Y luego, el resto (junto con los resultados posibles), no depende de mí para decidir o controlar. Simplemente, confío.
Dejar ir. Ésa es la clave.
“La duda mata más sueños que el fracaso”
Susy Kassen
3. ¿No sientes “ganas”? Empieza en pequeño
Hacer lo más importante primero y prepararte para un día de acción suena bien, en teoría. Pero como dice el dicho:
“En teoría, no debería haber diferencia entre la teoría y la práctica. Pero en la práctica, eso no aplica”
Sabrá Dios quién dijo esto
Habrá días en que simplemente no tengas “ganas”.
Son los que yo llamo “los días de enmedio”. Dís en los que te sientes emocionalmente derrumbado, o cuando te enfrentas a algo que simplemente requiere más fuerza de la que sientes.
Así es la vida, ¿sabes? Pero no hay razón para dejar que esto te hunda y paralice, haciéndote sentir lástima por ti.
Para estos días, he encontrado una muy buena técnica, comenzar en pequeño. Cuando tengo una tarea complicada, como escribir (sobre un tema difícil) me propongo dar pasos pequeños (baby steps).
Por ejemplo, me pongo la tarea de escribir por diez o quince minutos nada más. Pongo una alarma a los quince minutos y comienzo a escribir lo que salga, a veces “porquerías” que jamás llego a compartir, pero empiezo. La mayoría de las veces la alarma me sorprende y simplemente continúo porque ya estoy en movimiento.
Sin embargo, en ocasiones la alarma suena y simplemente descanso de alivio. Pero cuando esto sucede el remordimiento no me carcome. Hice algo.
Es lo que Stephen Guise llama “Mini-Hábitos”.
Algunos ejemplos son:
- Escribir 5 minutos
- Levantar una pesa dos o tres veces
- Hacer una o dos lagartijas
- Dedicar uno o dos minutos a hacer algo que te asusta
4. Piensa que pagas el precio hoy, o pagarás después
No hay cómo escaparse, simplemente lo que no hagas hoy, te cobrará mañana. Así que me considera antes de postergar algo, porque sea difícil hoy, cuánto has tenido que pagar por haber dejado tareas o situaciones pendientes en el pasado.
No hay almuerzo gratis, así que conviene pagar por adelantado.
Hacerse responsable de las decisiones. No puedes hacer todo, pero puedes hacer algo. Eso que puedes hacer, hazlo.
Actúa respetando tus principios y valores, cuando no lo haces te lastimas. Te traicionas.
5. Mantén el enfoque
Algunas personas hacen largas listas de tareas y al final del día terminan sin haber hecho ninguna. Otras simplemente hacen y hacen sin dirección.
Cuando pisamos a una persona “sin querer” decimos “perdón, no fue intencional, fue un accidente”.
Así vagan muchos, haciendo las cosas por accidente, sin intención.
Debes mantener el enfoque. Al seguir la regla de 3, no hay pierde.
¿Por qué tres metas para el día? Para máximo enfoque. Una lista de tres metas es suficiente para que el día valga la pena y no necesitas escribirla en ningún lado. Te vuelve más efectivo.
- Piensa en las tres prioridades para tu vida hoy mismo.
- ¿Cuál es el hábito más importante que debes crear para los siguientes treinta días?
- ¿Cuáles son los tres clientes que debes visitar esta semana.
6. Toma conciencia de quienes te rodeamos
¡Hey! No estás solo. Habemos otras personas a quienes nos afectan tus decisiones y acciones. También nos afectan tus innacciones.
Cuando vas por tu día con tantos pendientes haces que los demás pasemos desapercibidos. Tú mismo lo creas y la principal causa para que esto suceda es la prisa, como en el estudio del Buen Samaritano de Princeton.
Abrirte al contacto con los demás no sólo te permitirá hacer el bien, también te permite motivarte. Genera relaciones positivas, recibe retroalimentación de tus acciones.
Cuando tú, querido lector, escribes en la parte inferior de este artículo tu comentario, me alienta. Cuando me encuentro con alguien que ha leído mi libro y me dice: “mira, Alex, ya tengo trabajo nuevo”, “comencé a grabar mi disco”, “por fin, pude hacer ejercicio”; me da una carga de esperanza y me alienta para seguir haciéndolo.
Encuentra a alguien, ya sea en persona o en línea, que te ayude aser más responsable, con quien puedas rendir cuentas. Por ejemplo, si deseas estar en forma, busca con quién compartir el tiempo del gimnasio o con quién salir a correr.; busca una comunidad de gente que quiera comer saludable, etc.
Reúnete con personas emprendedoras si deseas emprender. No vayas solo. Manténganse motivados unos a otros. Aprende de los errores de los demás y celebren sus éxitos juntos.
7. Descansa
Con frencuencia escucho de personas que alardean de trabajar demasiado. Es común que se aplauda cuando alguien se queda trabajando hasta tarde, cuando se compromete completamente. ¡CUIDADO!
Después de un alto esfuerzo, debes recuperarte. Puedes hacerlo tomando varios recesos breves durante el día. Mantente enfocado por períodos de 30 a 45 minutos y luego descansa por diez o quince minutos más. Utiliza un temporizador. Pon una alarma para sonar a los 45 minutos.
Mantén tu atención al máximo en ese tiempo. Si alguien te llama o envía un mensaje, piensa por un momento que lo contactarás cuando termine el período. Da tu máximo esfuerzo en ese momento. Después, al sonar el timbre, libera la tensión.
Descansa un momento. Puedes en ese momento regresar la llamada, contestar el mensaje. Hacer un poco de estiramientos, ir por café o ir al baño.
Después regresa a trabajar.
Estos períodos también requieren ser complementados con descanso al final del día y al final de la semana.
Ten un día para desconectarte, puede ser el domingo y evita pensar en el trabajo en ese tiempo. Sal de preferencia de paseo, visita a tu familia, rompe la rutina.
8. Concéntrate más en cómo-hacerlo, y menos en qué-pasará-si-lo-hago…
Si tus pensamientos comienzan a girar mientras estás pensando en tomar acción, entonces en tu mente grita: ¡PARA!
No te dejes atorar en la espiral negativa de la parálisis por análisis.
Claro, es inteligente pensar antes de actuar en muchos casos, pero pensar demasiado tiende a convertirse en una forma de tratar de controlar cosas que no puedes controlar o simplemente mantenerte alejado de la acción porque tienes miedo de alguna manera.
Una vez que hayas dicho que se “alto” a tu gremlin (pensamiento negativo) dirije tu atención a lo que PUEDES HACER en lugar de todas las cosas que podrían salir mal en el peor de los casos.
Házte preguntas como:
- ¿Cuál es un pequeño paso que puedo dar hoy para avanzar hacia mi meta o salir de esta situación?
- ¿Qué puedo aprender de esta situación?
- Escribe las respuestas que se te ocurran y actúa sobre ellas.
9. Agrega diversión
Algunas tareas simplemente son monótonas, tediosas y hasta mortalmente aburridas.
Así que intenta esto mientras las haces para agregar un poco de diversión:
- Agrega música que te dé energía y te inspire.
- Conviértelo en un juego donde compites con un amigo o compañero sobre quién puede terminar algo primero o hacer la mayor cantidad de algo en 10 o 30 minutos.
- “Gamifica”, convierte la actividad en un juego. Crea un marcador personal, dándote puntos con cada papel que procesar, con cada llamada que atender, con cada cuarto que limpiar. Lo que sea. Ve sumando puntos durante el día y al final apúntalo y compara tus “scores”. Celebra cuando hayas roto tu propio record.
10. Celebra lo que hiciste hoy
Tomáte dos a tres minutos al final del día, para pensar, apreciar y celebrar lo que hiciste. No importa que hayan sido acciones pequeñas. Reconócete lo que hiciste, valórate.
Esto va a motivarte a repetirlo al día siguiente; con el tiempo aumenta tu autoestima y te permite crear un estado de ánimo positivo que contagia a los demás.
Recuerda que si quieres cambiar tu vida debes cambiar lo que haces todos los días, no sólo hacer algo de vez en cuando. Debes tener el hábito de «Hacer que las cosas sucedan».
Bonita semana,
Alex