La vida en agridulce

Algunas personas consideran a la Psicología Positiva como algo superficial; como una sugestión optimista ingenua que propone que «Todo está bien todo el tiempo». Ésta es una visión sesgada.

Es cierto que algunos comunicadores han abusado de los conceptos propuestos por las investigaciones positivas, tales como la gratitud, los actos de amabilidad, el optimismo, etc. Pero esto no quiere decir que agradecer tres cosas cada noche, escribirlas en tu diario y hacer ejercicios de visualización todos los días vaya a atraer hacia ti un mundo de chocolate en el que no haya dificultades.

El conjunto de investigaciones no tiene como única misión hacer reír a las personas, sino desarrollar el potencial humano. Y este potencial incluye descubrir y desarrollar tus fortalezas, esforzarte por llevarlas a su máxima capacidad, afrontar las dificultades y crecer a través del trauma; encontrar el sentido en la adversidad y trascenderla.

Mi abuela decía que para poder resaltar el sabor dulce de un postre siempre debía llevar una pizca de sal y para que el pan (salado) tuviera más sabor, debería llevar una pizca de azúcar. Un poco de sal, un poco de azúcar. Así la vida nos llena de sus sabores y, es una tarea nuestra aprender a saborear y vivir en ella.

A final de cuentas la vida es agridulce. Tiene momentos dulces y momentos amargos. En ocasiones mezclados, en ocasiones conviviendo juntos.

Mi padre tenía un amigo italiano llamado Angello. Era un arquitecto bigotón muy folklorico y platicador. Me vio un día mezclando un poco de azúcar en mi capuccino y me llamó la atención exasperado, como cualquier itálico, clamando a voces y batiendo las manos con intensidad. «¡Así no se toma un café!», decía.

«No debes mezclar los ingredientes, porque luego no puedes disfrutarlos», me explicó.

Tiró el contenido de mi taza y pidió que me prepararan uno nuevo.

Entonces vertió el azúcar morena sobre la espuma de leche y me pidió que diera un sorbo pequeño, alcanzando a degustar azúcar, leche y espresso juntos… pero no revueltos.

Entonces pude sentir como los sabores llegaban a diferentes lugares de mi boca. La experiencia era similar a la escena en que Remy experimentaba combinando alimentos en Ratatouille.

Hoy experimento así la vida. Por un lado me desgarra el alma completamente el continuar privado de convivir con tres personas que amo más allá de lo imaginable. Con quienes no puedo reunirme desde hace tanto tiempo. Los extraño cada día y me desespero. Lloro por las noches y experimento rabia e impotencia. Nada puede sustituir ni remplazar este hueco que siento en mi corazón.

Por otro lado, experimento en otras áreas de mi vida mil satisfacciones a la vez. Encuentro la oportunidad de construir relaciones positivas con mis familiares y con una mujer extraordinaria que no deja de sorprenderme cada día. Siento gratitud por las bendiciones que me trae la vida: en mi relación de pareja, en mi salud, trabajo, etc. Al mismo tiempo que soporto con todos mis recursos disponibles la adversidad que enfrento.

Estoy viviendo mi vida en agridulce.

Algunas cosas parecen que no tienen sentido. Pero he confirmado una y otra vez el principio logoterapeútico que dice: «La vida tiene sentido en cualquier circunstancia». Siempre lo tiene. También hoy, aunque no tenga la capacidad de descubrirlo… todavía.

Decir que por esto mi formación me ha fallado, sería una mentira. Pero también decir que estoy sonriente porque me olvido de las dificultades distraído por las bondades que experimento o que estoy cayendo en optimismo ilusorio también lo es. Puedo sonreír, porque estoy contento; pero también puedo hacerlo porque tengo un hombro sobre el cual llorar y en el cual apoyarme en mis momentos tristes. Y estoy agradecido por ello, profundamente. Esto me lleva, no a evadir los problemas, sino a poner en marcha mi capacidad de hacerme cargo. Y en eso estoy, precisamente.

Creyendo que pase lo que pase, a final de cuentas, vamos a salir adelante; porque tendremos la capacidad de sobreponernos a todo (aunque no todo salga bien).

About the author

Me gusta el aprendizaje, el crecimiento, contribuir al mundo; amo a mis hijos; explico cosas; comparto mis pensamientos; escucho a los demás; practico la filosofía y el coaching; doy conferencias, talleres y clases a quien se deje; me gusta dejar un pedacito de mí en la vida de las personas.