Así conocí la traición

Conozco la traición.

Me enamoré la primera vez cuando tenía doce años. Había conocido a una niña en un concurso de escuelas de la ciudad. Niños de todas partes presentaban sus escritos en mesas de trabajo de donde elegiríamos al más destacado para representar al Estado y visitar al presidente en el concurso nacional.

Fue donde descubrí que amaba escribir.

Ella estaba en mi mesa de trabajo. Era inteligente y talentosa. Yo procuraba que nadie notara que me había gustado. La observaba durante el evento y me sentía nervioso al hablarle.

Algunos días después la encontré en la feria de mi colegio. Tomé el valor para ir a saludarla y pasamos el día juntos. Le pedí su número y comenzamos una bonita amistad.

No pasó mucho tiempo cuando comenzamos a tomarnos de la mano. Nos reuníamos en el club todas las tardes. Ahí fue donde le di mi primer beso.

Flotaba cuando volvía a casa caminando después de haber estado con ella. Era amor adolescente, de verano, ya sabes. La emoción del momento, pero yo juraba que daría mi vida por ella.

Hasta que un día, descubrí que besó a mi mejor amigo. Que hablaban a mis espaldas por teléfono y que ella iba a cortarme para hacerse novios.

Para un niño de primero de secundaria eso significa la muerte. Me atravesó el corazón. No solo me traicionó la primera mujer que amé sino que perdí la confianza en mi mejor amigo a quien quería desde el jardín de niños.

Conocí la traición. Fue la primera… pero no la peor.

Fui un “niño bueno” (entre comillas). Sacaba relativamente buenas calificaciones y no armaba líos con los demás. No probé las drogas, ni abusé del alcohol o del cigarro, no le daba “tantos” problemas a mis papás.

Mi padre era exigente — Vaya que lo era — Un hombre sin tacha, puntual, inteligente, exitoso y muy religioso. No esperaba menos de mí.

Me pedía las calificaciones cada quincena y me regañaba fuertemente si encontraba un ocho. Yo me esforzaba por agradarlo y cumplir con su estándar. Pero sufría con mi mente al estudiar y no podía concentrarme en hacer la tarea.

“Deja de soñar y ponte a trabajar” me decía cuando dejaba algo a medias y me ponía a jugar.

¡Vaya que dejaba cosas a medias!

De adulto seguí luchando contra estas inclinaciones. Buscaba proyectos emocionantes, ideas nuevas y soñé con dar conferencias, salir en la radio e impartir seminarios. ¡Cuántas veces no escuché a alguien decirme: “ya búscate un trabajo de verdad”!

Así que volví a controlarme y entré a trabajar en una empresa. No tengo nada en contra de ello, pero me sentía atrapado. Total, me aguanté. Cada vez más, me quedé guardado ahí.

Hace poco descubrí la mayor traición de todas. Me había dejado engañar por largo tiempo y estaba perdiendo mi vida.

Arturo, mi tío, me había recomendado el libro Encuentra tu elemento, de Ken Robinson y lo tenía en mi aplicación de Kindle en el celular. En una ocasión estaba a la espera de un cliente, tomé mi teléfono y comencé a leer.

Estar en tu elemento es encontrar el punto en que tus aptitudes y tus pasiones coinciden.

¡Uta! – pensé – se me hace que estoy muy lejos.

La idea no es ser el mejor sino dar lo mejor de uno mismo […] hay muchas cosas para las que posees un talento natural. Solo tienes que entrar en contacto con ellas.

[…]

Puedes tener una amplia gama de talentos ocultos que permanecen bajo la superficie como minerales bajo la tierra.

No solamente había habilidades ocultas ahí. Todo un mundo interior existía en mis cavernas personales.

Con la lectura mi pulso se aceleró como si tuviera en mis manos el Thriller del momento.

Llegué a un punto en que el autor habló del test de Tipos de Personalidad de Myer Briggs [MBTI] que es una prueba diseñada para ayudarte a describir tu propio tipo mediante un auto análisis basado en cuatro dimensiones.

  • Extrovertido (E) vs Introvertido (I)
  • Sensación (S) vs Intuición (N)
  • Pensamiento (T) vs Sentimientos (F)
  • Calificador (J) vs Perceptivo (P)

Los resultados generan uno entre dieciséis códigos de letras (ESTJ, ISTP, ENFP, etc.)

El MBTI está basado en la suposición de que la elección de tu vida y tu carrera debería basarse en la comprensión de tus habilidades, intereses y valores.

Detuve la lectura, abrí Google y busqué el test. Di con el sitio: www.16personalities.com

Llegó el momento de mi cita y fui atendido por el cliente. Cuando salí me dirigí a mi auto y tomé nuevamente mi teléfono, abrí el sitio y contesté la prueba.

Al finalizar me llevó a una página donde aparecía mi resultado:

Usted es ENFP.

Comencé a leer la descripción de mi tipo:

El ENFP es un espíritu verdaderamente libre

Y las lágrimas comenzaron a rodar por mi rostro hasta que fue imposible seguir leyendo.

¡Me había traicionado a mí mismo!

Ahí estaba yo frente al espejo, temeroso y muerto de frío, pero real. Lloré como el niño perdido que encuentra un rostro conocido en la multitud.

Todos mis defectos y errores, todas mis fallas eran lo más bello de mi historia. Lo que ocultaba, lo que guardaba para mí, era lo que nos hace especiales a los ENFPs.

No tienes TDA, tienes ENFP

Decía el sitio. Eres soñador, enérgico, carismático, preocupado por los demás, independiente. Te gusta ser el centro de atención, te emocionas con cualquier cosa y piensas que la nueva idea es la mejor idea del mudo, no te gusta encasillarte y amas contar historias… Tiendes a ver la vida como un gran rompecabezas qué hay que resolver.

Y con letras grandes, en medio de la descripción leía: “El mundo necesita de los ENFP, no pierdas esa pequeña chispa de locura” y ¡vaya que la había perdido! Pero creo que al final la encontré.

Cuando lo hice, dejé de lado el juicio, no me acusé. Abracé a ese niño perdido y, entonces, empecé el camino de regreso a mi verdadero yo. Pude perdonarme por los años perdidos y por el engaño.

Pude abrazarme, aceptarme y contra todo, abrir el regalo que la vida tiene para mí. El que había guardado por temor a lastimarme, no necesitaba más que la aprobación de mí.

“Mucho gusto”, me dije, “Soy Alejandro, encantado de conocerte”.

 

Contesta el test Myer Briggs

https://www.16personalities.com/es/test-de-personalidad

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About the author

Me gusta el aprendizaje, el crecimiento, contribuir al mundo; amo a mis hijos; explico cosas; comparto mis pensamientos; escucho a los demás; practico la filosofía y el coaching; doy conferencias, talleres y clases a quien se deje; me gusta dejar un pedacito de mí en la vida de las personas.
4 Responses
  1. Blanca

    Voy a hacer el test
    Creo q me parezco en algunos gustos a ti jijijiji
    Muchas gracias
    Primera vez q te veo y te leo 🙆😀👏

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