¿Qué significa estar bien?

¿Qué respondes cuando te preguntan «Cómo estás»? Nos han enseñado a decir «Bien, gracias» ¿Pero qué significa «Estar bien»?

El «Bienestar» ha sido el tema de estudio de la Psicología Positiva desde su nacimiento en 1996. En un principio, la pregunta giraba en torno a la Felicidad, hoy se ha comprendido que la búsqueda de la felicidad no se concentra en una sola cosa, sino en un compuesto que Martin Seligman denominó Bienestar. (Puedes leer más sobre su teoría en su libro Florecer).

El bienestar tiene varias dimensiones. De manera que cuando decimos que queremos estar bien nos podemos referir a cosas distintas.

No solo utilizamos la frase «Bien, gracias» como una costumbre, sino que tendemos a extender esta visión a diversas áreas de nuestra vida. Estamos acostumbrados a que las cosas sean como son en nuestras relaciones personales, en la familia, en el trabajo. Vivimos como adormilados, en automático y nos atrevemos decir que estamos «bien», sin más.

Conocí hace tiempo a una mujer joven llamada Mariana, era exitosa en su trabajo, vivía lejos de su casa y sostenía una relación desde hacía cinco años, sin planes de boda próximos. Cuando alguien le preguntaba a Mariana, «¿cómo estás?» su respuesta automática era «Súper bien». «¿Cómo va todo en tu relación?», le pregunté esa vez, «Súper bien». Volvió a su respuesta automática.

Soy filósofo así que mi reacción automática es pasar a últimas causas, no suelo quedarme en la superficie a menos que mi prudencia me lo indique. En el contexto de la conversación quería ayudar a Mariana, quería despertarla de su «aletargamiento». Así que le pregunté por su proyecto, a dónde va su vida y su relación.

– «No hay proyecto», aceptó tristemente.

– Entonces no estás «super bien», le dije.

Sin un proyecto, no solo las relaciones, sino también las personas y las organizaciones vagamos a la deriva. Somos víctimas de las circunstancias y de la naturaleza y es una manera muy cruel de vivir. Pasarán los años y al final estarás en algún lado lamentándote no haber hecho lo que debías. Créeme, sé de lo que estoy hablando.

Las personas, las parejas, las familias y las organizaciones necesitan un Proyecto, un sentido o significado y no es algo que podamos nosotros darle a nuestro grupo, es algo que debe construirse en común. Sin proyecto, no sólo estás condenado al fracaso, peor aún estás condenado a la nada, al aburrimiento, a desperdiciar el tiempo, pasándola, sin llegar a ningún lado.

Un proyecto que valga la pena, deberá tomar en cuenta, no solo los gustos, deseos y necesidades de las personas sino también su bienestar. Y no solo al final del camino sino durante todo el proceso.

¿Cuáles son esas dimensiones que deberán ser  incluidas?

Carol Ryff presentó su modelo de Escalas de bienestar psicológico, en el que divide el bienestar en seis dimensiones:

  1. Auto-aceptación. Una persona que tiene auto-aceptación, se siente bien cosigo misma, incluso consciente de sus propias limitaciones.
  2. Relaciones positivas con otras personas. La gente necesita mantener relaciones sociales estables, dar y recibir afecto y tener alguien en quien pueda confiar.
  3. Autonomía. Las personas necesitan asentarse en sus propias convicciones (autodeterminación) y mantener su independencia y autoridad personal. Las personas con autonomía son capaces de resistir en mayor medida la presión social y auto-regulan mejor su comportamiento.
  4. Dominio del entorno. No quiere decir que tienen control sobre todo lo que les sucede, pero, sí poseen la habilidad para elegir o crear entornos favorables para satisfacer sus deseos y necesidades propias. Las personas con un alto dominio del entorno poseen una mayor sensación de control sobre el mundo y se sienten capaces de influir en el contexto que les rodea.
  5. Propósito en la vida. Las personas necesitan marcarse metas, definir objetivos, por los que permitan dotar a su vida de sentido. Algo por qué vivir y, si se necesitase, por qué morir.
  6. Crecimiento personal. Por último, el empeño por desarrollar sus potencialidades, por seguir creciendo como persona y llevar al máximo sus capacidades.

Un proyecto personal, de pareja o de equipo, que incluya estos seis factores es un PROYECTO POSITIVO y me atrevería a decir que es un Proyecto «Humano». No deja de lado a las personas, no las consume sino que las nutre.

Si tú, tu relación, tu familia o equipo no tienen un proyecto que incluya estas dimensiones… «No estás bien».

¿Qué puedo hacer? El primer paso, despertar. No es necesario echar todo por la borda. Se empieza por tomar consciencia y comenzar a diseñar la visión de futuro. Mientras más clara mejor. Después comenzar a dar los pasos necesarios para lograrla. De esto hablaré la próxima semana.

Mucho éxito!

About the author

Me gusta el aprendizaje, el crecimiento, contribuir al mundo; amo a mis hijos; explico cosas; comparto mis pensamientos; escucho a los demás; practico la filosofía y el coaching; doy conferencias, talleres y clases a quien se deje; me gusta dejar un pedacito de mí en la vida de las personas.
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